Hoy, todas las personas que nos encontramos aquí estamos absolutamente consternadas por los acontecimientos que conocimos el pasado sábado. Con el terrible dolor, la emoción y el estupor de no llegar a comprender qué está pasando, al comienzo de este fin de semana volvimos a encontrarnos de nuevo contra la peor de las violencias, la Violencia Machista, la que ejerce el que se supone que ama y hacia la persona que en lugar de ese amor solo recibe el odio, el maltrato y la muerte. Mujeres y niños, parejas, hijas e hijos de sus asesinos, de quienes en lugar de cuidarlos y protegerlos hasta el final de sus días, se convierten en sicarios para terminar con la vida de inocentes.

Seis víctimas en un solo día, 3 de ellas en Andalucía. Laura y Marian, madre e hija de 20 y 49 años asesinadas por el ex novio de la joven en Zafarraya, provincia de Granada. Y Petra, de 76  años, en Fuengirola, Málaga. A ellas tenemos que sumar otro espantoso crimen en Las Pedroñeras, Cuenca, donde una madre y sus dos hijos de 5 y 7 años, murieron a manos de su pareja y padre que escondió los cuerpos en un arcón.

En este caso, la mujer llevaba años sufriendo malos tratos y estaba incluida en el sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género (Sistema VioGén). Su asesino y el de sus hijos había sido condenado pero estaba en la calle esperando para entrar en prisión. La pregunta, aunque ahora es tarde, es ¿Qué falló para que esta mujer y sus hijos no pudieran salvarse de quien ya se sabía que era su potencial agresor? ¿Cómo es posible que a alguien que lleva años demostrando que es violento con su propia familia no se le envíe a prisión en el mismo instante en que es condenado? ¿Por qué se le da tiempo para que consume su venganza antes de entrar en la cárcel?

Desgraciadamente, ninguna respuesta va a devolver la vida a ninguna de estas víctimas, a ninguna de esas 4 mujeres y 2 niños. Pero hay que responder a todas estas cuestiones porque de esas respuestas depende que se salven vidas y que podamos rescatar a otras muchas mujeres, que viven día a día el horror de la violencia en sus propios hogares, con el temor por que se entere el resto del mundo y el miedo a sufrir el castigo de su agresor si lo denuncian.

La ministra de Igualdad, Ana Redondo, ha convocado un comité especial para el próximo jueves 4 de julio. Son los Ministerios de Igualdad e Interior los que deben aunar esfuerzos porque es a ellos a los que les corresponde abordar este problema desde todas las vertientes posibles.

Hay que educar en valores, hay que educar en igualdad, hay que educar en amor, en tolerancia, en respeto y también en justicia, para que ninguno de estos crímenes quede impune.

En 2024 se sobrepasan ya las 20 víctimas entre mujeres y niños. En 2023 los casos de violencia de género aumentaron un 12% y este año la tendencia no parece que se vaya a cambiar. Por eso debemos trabajar todos unidos, las instituciones y la ciudadanía, los hombres y mujeres por nuestros niños y niñas y por nuestros jóvenes, por dejarles una sociedad más avanzada que la que estamos viviendo donde nadie sienta que es dueño de nadie y donde el respeto al otro sea la norma fundamental.

Hoy, desde Utrera mostramos nuestra más enérgica repulsa a estos crímenes y a lo que representan. Pero también estamos aquí para unirnos al dolor infinito de las familias de estas 6 víctimas de violencia machista y en memoria de ellas guardamos un minuto de silencio.