Salir de la zona de confort es complicado, sobre todo a nivel de empresa. Y es que, si algo funciona, ¿para qué vas a cambiarlo? Esta es la cuestión que nos planteamos cuando surgen necesidades de innovación, de mejoras, que suponen cambios pero que no llegan a ser tan determinantes como para tomar la decisión de manera inmediata. No obstante, esos cambios finalmente llegan a ser determinantes y en ocasiones, si no se han hecho de forma paulatina, cuesta realizarlos y adaptarse a ellos.

Continuando con el ámbito empresarial, nos referimos a la necesidad de las empresas de innovar, de estar al día de todo lo que surge en su sector y, si hay posibilidad, llevarlo a la práctica. Decimos “posibilidad” porque esas innovaciones suponen en muchos casos fuertes inversiones económicas que asumen los empresarios y que pueden tardar en amortizarse. Es el caso del sector industrial que, en su mayoría está mecanizado por lo que innovar o mejorar la maquinaría de la empresa supone un gran desembolso.
No obstante, innovar no siempre tiene que ir acompañado de cambios físicos, tangibles. Las pequeñas y grandes empresas pueden invertir para innovar en comunicación, en formación para sus trabajadores, en imagen de marca, … aspectos que le ayudarán a crecer como empresa, a adaptarse al mercado actual o a las nuevas fórmulas existentes en su negocio.

En este sentido, Utrera cuenta con distintos puntos de asesoramiento y ayuda a empresarios que les facilitarán que sus empresas estén al día. Uno de ellos es el CADE (Centro de Apoyo al Desarrollo Empresarial) y el otro, el Ayuntamiento de Utrera. Del mismo modo, el contacto con otros empresarios o asociaciones de empresarios, sean o no del sector, puede ser enriquecedor al compartir experiencias que cada uno puede aplicar en sus respectivas empresas.

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