La felicidad es un término relativo, puesto que no a todos nos hacen felices las mimas cosas o situaciones. No obstante, hay ciertos aspectos generales que intentamos conseguir o mantener  como camino hacia la felicidad, sobre todo cuando a la de nuestros hijos se refiere.

Por eso, nos planteamos si nuestros hijos son felices con lo que les rodea. Cuestiones como la familia, los amigos, la educación… son los que tendremos en cuenta. Y es que en la felicidad infantil todos los agentes sociales debemos implicarnos.

En este sentido, un aspecto fundamental que propicia la felicidad es que los niños se sientan seguros y tranquilos. Esta seguridad y tranquilidad en su familia la aporta la estabilidad emocional de sus padres, el cariño de sus progenitores y familiares más allegados, contar con ropa y comida a diario, entre otros aspectos. No obstante, a veces son cuestiones que escapan a nuestro control, ya que son fruto de situaciones de desempleo o de fallecimiento o ausencia de familiares, entre otros, con las que tienen que aprender a vivir nuestros hijos. En cualquier caso, psicólogos y los Servicios Sociales Municipales ayudan en este sentido, tanto en la búsqueda de apoyo y mejoras de la situación familiar como a su asimilación tras la valoración de los casos.

La seguridad y tranquilidad también les debe acompañar fuera de su entorno familiar, como es en el caso de la escuela o con los amigos.  Seguridad y tranquilidad con respecto a que no van a estar expuestos a violencia física o psicológica (casos de Bullying) ni aquellos que le rodean y que, en cualquier caso, saben cómo reaccionar ante ella. La seguridad y tranquilidad que aporta saber que pueden acceder a la educación, que pueden elegir su futuro formativo y orientarlo al mundo laboral si lo desean, que pueden encontrar respuesta a sus inquietudes… en definitiva, que pueden elegir y está a su alcance.

Todo ello, fomentando la autonomía, el logro personal, la inteligencia emocional… como herramientas de valor hacia la consecución de aquello que se propongan, puesto que “un niño feliz es un niño capaz de desarrollar cualquier tarea que le sea presentada”. (Vía: www.guiainfantil.com)

En este sentido, y centrándonos en el caso de Utrera, os planteamos la siguiente cuestión que nos gustaría que respondierais o nos dejarais algún comentario al respecto. ¡Gracias!

 

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