La crisis que venimos sufriendo desde el año 2008, entre otras cuestiones, ha sido una de las causas del aumento de la mendicidad entre la población en los últimos años. Desafortunadamente, no es extraño ver personas durmiendo a la intemperie, pasando frío o calor extremo y, a veces, son incluso niños los que viven en estas condiciones. Esta situación afecta a todo el país y, quizás, se hace más patente en las grandes ciudades.

Los ayuntamientos luchan por erradicar esta lacra social con políticas que permitan ayudar a estas personas a que encuentren cobijo, alimento, entre otras necesidades que requieran. La delegación de Bienestar Social, así como los técnicos municipales, son los encargados de trabajar en ello para alcanzar también la integración social de estas personas. Del mismo modo, los comedores sociales, albergues, ONG´s, así como distintas asociaciones realizan una labor encomiable en este sentido, proporcionando ayuda a estas personas, acercándose a ellos directamente en muchos casos. Y es que muchas de ellas se lanzan a la calle esporádicamente y de forma voluntaria para ofrecer a los mendigos alimentos y bebidas calientes en las frías noches de invierno.

En ocasiones, además de una situación económico crítica, estas personas que viven en la mendicidad son víctimas de ciertas adicciones, como el alcohol y las drogas, que les han llevado a delinquir, a perder sus familias y, en última instancia, a vivir en la calle. Por todo ello, el papel de los Servicios Sociales Comunitarios Municipales es fundamental, así como la colaboración de estas personas a la hora de recibir ayuda, puesto que el objetivo final es su integración y que abandonen la mendicidad, por lo que también requiere un esfuerzo por su parte. Del mismo modo, la población también puede ayudar denunciando casos existentes y que sean desconocidos para la Administración, así como aportar ideas y propuestas que permitan mejorar la vida de estas personas.
 
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