La Delegación de Medio Ambiente del ayuntamiento de Utrera, encabezada por el edil de Izquierda Unida Carlos Guirao, ha adquirido medio centenar de cajas nido con el objetivo de potenciar la avifauna que habita el ecosistema urbano de nuestro municipio.

Estas cajas nido van destinadas para rapaces como el cernícalo primilla, el mochuelo o la lechuza, así como para otras paseriformes como el vencejo o el avión común, aves que en nuestro entorno cada vez encuentran más dificultades para anidar, debido en buena parte a las modernas construcciones urbanas y a las grandes cantidades de pesticidas que usamos.

Muy llamativo es el caso del cernícalo primilla, pues tras las reformas realizadas en el Castillo y las iglesias de Santiago el Mayor y Santa María, su población descendió drásticamente como consecuencia de tapar sus lugares de nidificación, llegando a quedar únicamente una decena de parejas. No obstante, y a pesar de tratarse de un animal sumamente colonial o gregario, hoy día se extiende por otras zonas del centro y la periferia de nuestra localidad, motivo más que suficiente para potenciar su establecimiento y mejorar las colonias de este insectívoro de incalculable valor ecológico.

Asimismo, se han adquirido varias cajas nido para albergar murciélagos, animales cuya población es cada vez menor en nuestra localidad por distintas causas, aunque las principales parecen ser la falta de lugares para nidificar o la competencia con otras especies exóticas e invasoras por estos mismos espacios, a lo que habría que añadir la lenta tasa de renovación de alguna de sus especies. Por este motivo, el material de las cajas no es madera, para evitar que los conservantes utilizados en el tratamiento de la misma pueda provocar intoxicaciones en animales de sangre caliente como los murciélagos.

Carlos Guirao ha querido señalar que “todos los ciudadanos debemos sentirnos consternados cuando vemos que poblaciones de aves como el cernícalo primilla o incluso el gorrión, están en declive, lo que significa que las ciudades no están siendo amistosas para las aves, y quizás, tampoco lo sean para las personas. Es nuestra obligación como ciudadano actuar y frenar esta situación”.