José María Villalobos y Carmen Cabra recibieron la visita del alcalde de Lucena, Juan Pérez Guerrero, y su concejal de Turismo, Manuel Lara para conocer de cerca la promoción y puesta en valor del legado judío de la localidad cordobesa.

En el plan estratégico de Utrera incluye potenciar el sector del turismo en nuestra ciudad a través de numerosas iniciativas que lidera el Ayuntamiento de Utrera. En ese sentido, en los últimos dos años se está trabajando por posicionarse en las diversas vertientes de las rutas religiosas: peregrinos, patrimonio, Semana Santa, patrimonio, gastronomía, artesanía, etc.

Así, a principios de 2016 Utrera entró a formar parte de Caminos de Pasión, asociación de 10 municipios andaluces unidos para la promoción conjunta de la Semana Santa. «Gracias a Caminos de Pasión hemos hemos tenido estos dos años una gran promoción de nuestra ciudad que no sería posible si no fuera porque vamos de la mano los 10 municipios», ha declarado la delegada de Turismo Carmen Cabra.

Con las mismas intenciones, el Ayuntamiento está buscando la inclusión de Utrera en la Red de Juderías de España, Caminos de Sefarad, una asociación constituida por municipios que cuentan, en sus conjuntos medievales, con un patrimonio arquitectónico, histórico, medioambiental y cultural, herencia de las comunidades judías que los habitaron. Con este motivo se reunió una delegación lucentina formada por su alcalde y el concejal de Turismo con sus homólogos utreranos. «Después de esta reunión tenemos mucho más claro los beneficios positivos de entrar en esta Red y cuáles son los pasos a seguir para formar parte de ella», ha indicado Carmen Cabra.

Pertenecen a esta ruta turística Ávila, Barcelona, Cáceres, Calahorra, Córdoba, Estella-Lizarra, Hervás, Jaén, León, Lucena, Monforte de Lemos, Oviedo, Palma de Mallorca, Plasencia, Ribadavia, Segovia, Tarazona, Toledo y Tudela, que según la página web de la Red de Juderías de España «vienen recuperando desde hace 20 años sus juderías, invirtiendo tiempo y recursos en la rehabilitación de casas, calles, palacios y cuantos edificios se puedan salvar del olvido y recuperar el conocimiento de las vidas de las familias judías de toda procedencia y condición».

El interés municipal se justifica porque Utrera tiene una profunda historia judaica que proviene del siglo XIV, cuando tras el enfrentamiento entre Pedro el Cruel (aliado con Mohamed V) y su hermano Enrique II, es destruida. Posteriormente, el ganador de esta contienda hace un llamamiento a la repoblación de Utrera que empieza a ser muy atractiva para la población judía ya que se convirtió en un sitio privilegiado debido a las pocas restricciones a la religión judía y al comercio. Además, influye en este movimiento demográfico la situación estratégica de Utrera al estar en un sitio fronterizo de paso.

Posteriormente, en el siglo XVI, Rodrigo Caro hace referencia a una importante comunidad judía en su obra Memorial de Utrera y escribe sobre una judería en el entorno del actual Niño Perdido (Valdejudío) donde, según el historiador local, había una sinagoga muy significativa.