Uno de los problemas más molestos para los vecinos y vecinas del centro de nuestra localidad es la presencia constante de una población de palomas que se estima supera los 8.000 ejemplares. La sobrepoblación de palomas que existe en el núcleo urbano implica un riesgo potencial para la salud pública, la degradación del patrimonio arquitectónico y el deterioro de inmuebles particulares.

Así, el riesgo para la salud pública es manifiesto ya que las palomas pueden potencialmente padecer enfermedades o ser portadoras de agentes patógenos zoonósicos. La degradación y el deterioro de los inmuebles es manifiesto en iglesias como la de San Francisco y en colegios como el Rodrigo Caro o en edificios municipales como el Teatro Municipal Enrique de la Cuadra.

La delegada de Salud Pública, María José Ruiz, ha indicado que en una primera fase se va a reducir la población de palomas bravías mediante capturas. El objetivo es disminuir el número de palomas en un 90%. Así, se van a colocar jaulas de captura selectiva en diferentes puntos de Utrera: Biblioteca Municipal, Teatro Municipal, Ayuntamiento, Castillo, iglesias de San Francisco, Santa María y Santiago, bar Central, CEIP Rodrigo Caro y en el colegio Nuestra Señora del Carmen. Asimismo, ha informado que en función de las necesidades y resultados, las jaulas se irán trasladando a otras zonas.

Ruiz ha querido destacar que las jaulas están preparadas para garantizar el bienestar animal ya que contendrán agua, comida, refugio y serán revisadas tres veces por semana. También ha aclarado que las palomas anilladas serán devueltas a sus propietarios y que las tórtolas turcas serán liberadas de forma inmediata. Posteriormente serán enjauladas de forma provisional en voladeras para deshabituarlas, siendo su destino definitivo las sierras de Sevilla, Huelva y Badajoz.

En una segunda fase se tomarán medidas disuasorias ahuyentando a las palomas con aves de cetrería que tendrán como objetivo evitar el asentamiento de grande grupos de palomas en un único punto.

De forma paralela se les administrará pienso anticonceptivo a través de maíz recubierto de nicarbacina que suprime la puesta en aves. Las palomas comerán la dosis necesaria al amanecer (8gr/día=3 o 4 granos), mediante un dispensador automático que esparce los granos de maíz. Ruiz ha puntualizado que el efecto de estos anticonceptivos es reversible y que no conlleva ningún efecto perjudicial para el medio ambiente. Además, tampoco conlleva riesgo para otros seres vivos. También, se colocarán medidas disuasorias estructurales como redes y pinchos anti posado.