El Ayuntamiento de Utrera ha puesto en marcha un Plan Especial de Vigilancia de la Policía Local en Parques Públicos, zonas deportivas y parques Infantiles.

«El objetivo es evitar que en estos espacios de uso común y en los que hay un número elevado de niños y familias no haya consumo de drogas, alcohol, cachimbas ni tabaco, siempre haciendo cumplir la ley» ha declarado el Delegado de Seguridad Ciudadana, Antonio Villalba «hemos observado como estas zonas son lugares recurrentes a los que acuden, sobre todo  menores de edad, a realizar este tipo de actos».

Los primeros resultados de estos controles, ha sido la incautación de diversos tipos de drogas que estaban siendo consumidas por jóvenes en diferentes parques públicos y zonas deportivas. Posteriormente se ha procedido a su denuncia según la ley orgánica 4/2015, de Protección de la Seguridad Ciudadana, cuyo artículo 36 tipifica como Grave el “Consumo o tenencia de ilícito de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas, aunque no estuvieran destinadas al tráfico, en lugares, vías, establecimientos públicos o transportes colectivos”. Esta denuncia puede acabar en multas de 601 a 30.000 euros de sanción. Fuentes de la Policía Local, comunican que las principales sustancias intervenidas han sido marihuana y hachís.

El hachís y la marihuana tienen una presencia considerable entre la población escolar, hasta tal punto que uno de cada tres de ellos consume. Este consumo empieza a disminuir a partir de los 13- 16 años, puesto que esta substancia funciona como puente hacia el consumo de otras drogas. El hachís es la droga ilegal que más se consume en España, sobre todo entre los más jóvenes.  Los cultivos ilícitos de marihuana, al no estar sujetos a controles de calidad, pueden rociarse con herbicidas tóxicos que son corrosivos para el esófago, llegando incluso a producir fibrosis pulmonar.

El Delegado de Seguridad Ciudadana ha hablado de uno de los principales problemas relacionados con estas dos sustancias «la peor consecuencia que presenta el consumo del cannabis y marihuana es que se trivializa y todavía aparece asociado a la ecología, la solidaridad y la búsqueda de la espiritualidad, mientras que se minimizan sus devastadores efectos para la salud» ha concluido Villalba «esto complica mas aún la lucha contra estas drogas, y sobre todo la concienciación de los jóvenes ante su consumo».

El consumo diario de hachís ralentiza el funcionamiento psicológico del fumador, produce pérdida de la memoria inmediata, dificultades del aprendizaje y esquizofrenia. También disminuye la producción de testosterona en los hombres y produce alteraciones hormonales que afectan al ciclo menstrual y a la libido en las mujeres. Aumenta el riesgo de padecer esterilidad, tanto en hombres como en mujeres. Se ha informado de casos de infarto de miocardio en jóvenes consumidores aparentemente sanos. Por otro lado,  El poder destructivo de la marihuana en relación con las neuronas de ciertas áreas específicas del cerebro es devastador, más aún si tenemos en cuenta que muchos de los consumidores están en edad escolar, y por lo tanto en pleno crecimiento.