Presentar iniciativas relacionadas con el Arte y la Cultura siempre es un honor y una satisfacción. Si además se trata de un certamen que se acerca cada vez más a su cuarentena y que a pesar de los años sigue tan freso y vivo como el primer día es un privilegio.

Ha llovido mucho desde que aquella primera Corporación Municipal, en los inicios de la democracia, echara a andar este proyecto que cada mayo llena Utrera de arte plástico a raudales. Desde entonces el certamen ha pasado por varias etapas: las primeras cinco ediciones fueron como premio andaluz de pintura y dibujo; a partir de 1985 se amplía al ámbito nacional y en 1989 solo se convoca a obras de pintura. Ya en 1992 deja de convocarse como premio y pasa a la fórmula «bolsa de compra». Dicha fórmula es la que se ha mantenido hasta la actualidad.

Curro González, Antonio Sosa, Carlos Montaño, Javier Buzón, José Manuel Pérez Tapias, Manolo Caballero, Nuria Carrasco, Salomé del Campo, Moisés Moreno o Ricardo Cadenas o el fotógrafo Atín Aya son sólo algunos de los nombres de artistas que forman parte de la colección del Certamen de Arte Contemporáneo Ciudad de Utrera. Decía que nos llena de orgullo y es que no exagero cuando aseguro que Utrera dispone de una de las mejores colecciones de arte contemporáneo de Andalucía.

Y eso lo podemos decir en 2017 porque durante los últimos 38 años, el Ayuntamiento de Utrera y todos los que han colaborado con nosotros siempre hemos cumplido con los objetivos principales del Certamen: fomentar la actividad de los jóvenes artistas y crear un fondo con obras de artistas emergentes. Decimos alto y claro que el Certamen de Utrera se ha afianzado como una muestra con imagen y personalidad propias, a la altura de los más conocidos pero igual de prestigioso.

Igualmente me satisface que el Certamen de Utrera sea considerado por todos como una muestra independiente y libre, abierta a todas las tendencias artísticas y a los más diversos creadores estéticos, en el convencimiento de que el arte no puede entenderse más que como un ejercicio pleno de libertad e independencia, libre de ataduras.

Ha llegado el momento de hacer reflexiones sobre el futuro de la colección. Tenemos que abrir una reflexión colectiva de todas las personas que han formado parte de este proyecto y de voces especialistas para encontrar, entre todos, un nuevo impulso al Certamen de Utrera.

Me preocupa sobre todo su puesta en valor. Son muchas las opciones y los retos los que nos encontramos: su almacenaje y conservación; exposiciones temáticas y una muestra permanente; elección del espacio adecuado y las infraestructuras necesarias. También tenemos que decidir cómo vamos a celebrar los 40 años. Y lo más importante, al menos para mí, el aspecto educativo y cómo vamos a transmitir tan valioso legado a las siguientes generaciones.

Dejo esas reflexiones sueltas para que poco a poco, entre todos, saquemos conclusiones y aportemos soluciones. Por último quiero hacer un especial agradecimiento a la Delegación de Cultura, a todos los participantes de esta edición y a los miembros del jurado.