El Ayuntamiento de Utrera ha decretado dos días de luto por el fallecimiento del hijo adoptivo de la ciudad Diego Neyra Flores.

Esta madrugada ha fallecido el pintor y maestro afincado en Utrera desde hace más de 40 años Diego Neyra a la edad de 73 años tras una larga enfermedad. El alcalde utrerano, José María Villalobos, ha decretado dos días de luto en los que se pondrán las banderas a media asta.

Diego Neyra tenía una profunda vinculación con Utrera. El Pleno de Utrera, recogiendo el sentir de muchos utreranos, lo nombró hijo adoptivo de la ciudad en diciembre de 2012, la Delegación de Educación municipal celebra un concurso con su nombre que lleva ya 20 ediciones, asimismo, la sala de exposiciones de la Casa de Cultura lleva su nombre. En marzo de 2016 expuso su última exposición bajo el nombre de «Asimetrías».

Diego Neyra nace en 1945 en Castilblanco de los Arroyos (Sevilla). Es el segundo de cuatro hermanos, sus padres eran panaderos, dejó el colegio bastante pequeño para dedicarse al reparto. Años después, estudia por libre el bachillerato y, posteriormente, de forma oficial la carrera de Magisterio (especialidad de Ciencias) en la Escuela Universitaria de Sevilla, en las que sus elevadas calificaciones le permiten acceder de forma directa a la enseñanza.

En 1973, se une en matrimonio a la también maestra, Isabel Morillo Alcalá de quienes nacieron cuatro hijos (Isabel, Diego, Arturo y Rocío). El ejercicio de la enseñanza le llevó a salir de su localidad para ocupar plazas en otros destinos: San José de la Rinconada, Pedrera y Utrera, donde desde 1976 ha ejercido como profesor de Educación Primaria en el Colegio Juan Antonio Velasco, compaginando la enseñanza, en su tiempo libre, con la pintura, ya que su vocación por el dibujo se le despierta muy temprano (desde los 9 años) y a ella ha quedado ligado de por vida.

Como artista plástico, Diego Neyra cultiva un realismo increíble y cercano que le lleva a recrear los detalles de forma tan precisa que casi parecen plasmaciones fotográficas. En la temática de su obra está presente el mundo que le rodea, escenas, personas y objetos cotidianos, añoradas vivencias de calles populares y casas sencillas, de viejos oficios y enseres tradicionales, de naturalezas muertas y figuras que se mueven en un paisaje de antaño que dan testimonio del paso del tiempo y de las vivencias personales. Imágenes, lugares, personas y objetos con los que, por tanto, tiene un vínculo personal y que él recrea de forma meticulosa, detallada, cercana e íntima, relación y exposición casi poética, para hacernos reflexionar sobre nuestras propias y comunes realidades personales.

Cartel de su última exposición.

En su técnica destaca especialmente en la maestría en el uso de la plumilla, de la que es un consumado maestro y donde centra la mayor parte de su producción, aunque también ha utilizado los tradicionales oleos y acuarelas.

Su proceso creativo es lento y de forma meditada, buscando la esencia del objeto y la minuciosidad del detalle que tanto gusta y tanto impacta en el espectador. Así pues, sus obras son frutos de muchas horas , a veces meses, de pacientes trabajos en la soledad del estudio de su casa, hasta alcanzar lo magistral, lo personal, su arte.

Sin embargo y a pesar de ese ritmo creativo, su constancia y férrea disciplina, le ha permitido tener una elevada producción siendo un prolífico autor, de lo que da buena cuenta las casi setentas exposiciones en las que ha participado, las más, individuales y algunas colectivas, teniendo obras en importantes colecciones públicas y privadas, tanto nacionales como extranjeras, y aunque no le gusta presentarse a concursos, ha obtenido relevantes premios.

Su popularidad y reconocimiento ha ido creciendo en éxito de público y crítica con cada una de muestras. Sin duda es un artista consagrado, al que la Delegación de Cultura de su pueblo natal le ha dedicado la Sala Exposiciones.

También es un magnífico ilustrador de libros sobre todo de historia local, donde sabe recrear los hechos con un sentido muy didáctico del que dan muestra las historias de Arahal, Lebrija, o Utrera, o las ilustraciones de otras narraciones (entre otros los “Cuentos Mágicos” de Mª Amor Martín, varios libros de Salvador de Quinta Rodríguez, un manual de “Ajedrez y Refranes” de Agustín García, etc…). Además ha pintado múltiples carteles, pergaminos e incluso Viacrucis como el de la Parroquia de San José o en el que actualmente está trabajando , para la Parroquia de Castilblanco, su pueblo natal.

Su elevado compromiso social le ha llevado a colaborar de forma asidua con las delegaciones de Cultura, Turismo, Educación y Festejos. Así como también esporádicamente con otras instituciones como la Cabalgata de Reyes Magos, la Fiesta de los Juanes y un largo etcétera… En todos ellos, ha dado muestras de generosidad y voluntad de servicio a la comunidad, esforzándose por mejorar lo existente y ayudando y colaborando con cuanto se le ha solicitado.