Ante el actual aumento del consumo entre los más jóvenes, de las llamadas bebidas energéticas, el Ayuntamiento de Utrera, desde la Delegación de Educación, Juventud e Infancia a través del proyecto “UTRERA ANTE LAS DROGAS ” y con el apoyo técnico de los profesionales sanitarios de los centros de salud, pone en marcha una campaña de información y sensibilización dirigida a toda la comunidad.

El objetivo de dicha campaña es dar a conocer los riesgos que para la salud pública conlleva el consumo de estas bebidas, alertando que suponen una “bomba para la salud” de aquellas personas que las consuman, sobre todo, si son ingeridas por niños/as, adolescentes, embarazadas y personas con problemas cardiovasculares. Estos son los colectivos más vulnerables ante sus efectos secundarios, pues las bebidas energéticas no suponen un gran problema si son consumidas por adultos/as sanos/as y de manera puntual, pero su uso reiterado también conlleva riesgos para la salud de cualquier persona.

Se quiere hacer especial hincapié en que estas bebidas no son refrescos, ya que una lata de ellas contiene una dosis de cafeína similar a las que contienen 4 latas de colas o 4 tazas de café filtrado. A su vez, contienen 20 cucharadas de azúcar, el triple de la recomendación máxima diaria.

Por otra parte, no son bebidas isotónicas, pueden deshidratarnos en lugar de hidratarnos tras realizar ejercicio físico. Otros de los usos habituales de las bebidas energéticas es el deporte. De hecho, muchas marcas tratan de asociar su imaginario con el de este universo mediante campañas o patrocinios de eventos deportivos. No obstante, el exceso de cafeína junto con la práctica deportiva puede desencadenar más fácilmente problemas de deshidratación, por lo que no está recomendada su combinación.

También son muy utilizadas por los jóvenes para el rendimiento académico y aguantar las largas jornadas de estudio, pero la capacidad de retención disminuye en un 30 %, con lo cual son mayores los riesgos que los beneficios.

A nivel psicológico, su consumo es totalmente desaconsejable en niños y adolescentes, ya que generan nerviosismoansiedad y problemas de insomnioy a la largageneran dependencia física, debido a la ingesta de cafeína y azúcar, y dependencia social y/o psicológica, ya que se consumen en determinados momentos para la integración social.

Respecto al nivel físico, los riesgos pueden ir desde complicaciones gastrointestinales, debido a los altos contenidos de cafeína, colorantes y edulcorantes artificiales en menor gradoa serios problemas cardiovasculares, para quienes sufren problemas de corazónya que la combinación de taurina y cafeína afectan sobre la contractibilidad del mismo. Además, su consumo durante el embarazo puede aumentar el riesgo de aborto.

Por último, no se puede mezclar bebidas energéticas con alcohol. Este cóctel, muy consumido en las discotecas, produce una falsa sensación de control pues son muchos quienes piensan que las bebidas energéticas contrarrestan el efecto narcotizante del alcohol. Sin embargo, lOrganización Mundial de la Salud (OMS) alerta que esta combinación encubre los efectos del alcohol: las personas pueden pensar que no están borrachas y seguir consumiendo cuando ya no deberían hacerlo más. Además aumenta el riesgo de infarto o colapso al mezclar una sustancia que relaja el corazón con otra que los estimula.